Clara Isabel Roa y Jorge Lezcano: Salvando el queso tradicional de Burgos
Una historia de relevo generacional, rescate de productos locales y apuesta por el territorio.
Clara Isabel Roa y Jorge Lezcano son los protagonistas de una historia de amor por la tradición quesera y el medio rural burgalés. Tras dejar atrás sus vidas en Madrid, apostaron por recuperar y dar continuidad a la quesería familiar en Hinestrosa (Castrojeriz), donde elaboran el premiado queso Mostelares. Hoy, su proyecto crece con la incorporación de una segunda quesería en Palacios de Benaver, donde han rescatado otro queso histórico de la comarca Odra-Pisuerga: el Ilújor.
La quesería de Hinestrosa, de menor tamaño, produce unos 6.500 quesos al año con leche adquirida a ganaderos de Villasilos. Es conocida por sus semicurados de textura cremosa y por sus productos derivados como requesón, cremas de untar y helados artesanales. Clara lidera todo el proceso productivo, mientras Jorge se encarga de la gestión comercial y administrativa.
La nueva etapa en Palacios de Benaver comenzó cuando los anteriores responsables del queso Ilújor se vieron obligados a cerrar por falta de relevo. Clara y Jorge aceptaron el reto y, junto con el único empleado que ya trabajaba allí y la colaboración de la familia que sigue gestionando la granja ovina, han logrado poner en marcha una nueva línea de producción que calcula una salida de hasta 18.000 quesos al año.
La leche procede directamente del rebaño ubicado junto a la fábrica, lo que garantiza la trazabilidad y calidad del producto. La fábrica de Palacios, más amplia, permite mayor capacidad de producción y mejora de procesos, aunque mantienen una elaboración completamente natural: leche, cuajo, fermentos y sal, sin conservantes. Allí, se centran especialmente en los quesos curados (6 meses) y añejos (1 año), con una pasta más trabajada y sabores intensos.
Ambos proyectos mantienen identidad propia, tanto en sabor como en imagen. Hinestrosa destaca por sus productos más suaves y frescos, mientras que Palacios apuesta por quesos de larga curación. Además, han desarrollado una línea de cremas de queso distintas en cada quesería, y sus helados artesanos –con sabores como trufa, mango o tarta de limón– están ganando popularidad.
Sus productos se venden en tiendas propias en Hinestrosa y Palacios de Benaver, a través de sus páginas web y en ferias junto a Burgos Alimenta, y han comenzado a expandirse a puntos de venta en otras localidades, como Burgos capital y ciudades como Santander, Sabadell o Fuengirola.
Su historia es un ejemplo vivo de emprendimiento rural sostenible, relevo generacional y preservación del patrimonio gastronómico castellano y leonés. Un modelo que encaja plenamente en los objetivos de dinamización turística y económica regional.